El hombre no es masculino o femenino; es humano y como tal siente deseos, amores, odios y dolores. En el día se viste de gris y amorra sus zapatos, apunta su camisa y ciñe su pantalón para camuflarse en ciudad que lo determina por ello, en la noche muda su piel como los camaleones y puede salir con sus ropas de colores a gritarle al mundo quien es, no obstante