En una ciudad como Bogotá nacen a diario sueños e ilusiones que pocas veces se materializan. En octubre del año 2004 un grupo de jóvenes se atrevió a fantasear con el teatro, con el arte como un proyecto de vida. Aunque fueron muchos los fracasos, las lágrimas y las desilusiones; luego de un par de décadas este sueño se ha hecho realidad; tal vez no para muchos de sus fundadores; pero si para decenas de actores y actrices, para cientos de vecinos y para miles de espectadores que han visto como un proyecto juvenil se convierte en referente en una ciudad difícil, caótica y diversa.
Nacen a diario sueños e ilusiones que pocas veces se materializan.